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Causa de tiroteo en Texas sería un asunto familiar

Estados Unidos –

EE.UU. estaba de duelo ayer tras la matanza de 26 personas en una iglesia de Texas el pasado domingo, un hecho por el que el presidente Donald Trump pidió no responsabilizar a las armas, mientras se intensificaban los llamados a aumentar su control.

El móvil del crimen parece originado en un conflicto familiar, según un oficial de la policía texana, Freeman Martin. La suegra de Kelley frecuentaba la iglesia donde cometió la masacre.

Ella no estaba presente ese día.

Según Martin, el atacante había enviado “un mensaje amenazador” hacia su suegra.

“No tuvo una motivación racial, y tampoco estuvo relacionado a creencias religiosas.

Había un problema doméstico con sus familiares políticos”, añadió el funcionario.

Kelley –vestido de negro y con un chaleco antibalas– abrió fuego con un arma automática durante un servicio religioso en una iglesia bautista en el pequeño poblado de Sutherland Springs (de 400 habitantes).

Las víctimas tenían entre 5 y 72 años. Murieron 26 personas, entre ellas un bebé de 18 meses, y otras 20 resultaron heridas, incluido un niño de 5 años, que recibió cuatro disparos.

Al menos ocho miembros de tres generaciones de una familia murieron, entre ellos una embarazada y sus tres niños.

Estados Unidos –

EE.UU. estaba de duelo ayer tras la matanza de 26 personas en una iglesia de Texas el pasado domingo, un hecho por el que el presidente Donald Trump pidió no responsabilizar a las armas, mientras se intensificaban los llamados a aumentar su control.

El móvil del crimen parece originado en un conflicto familiar, según un oficial de la policía texana, Freeman Martin. La suegra de Kelley frecuentaba la iglesia donde cometió la masacre.

Ella no estaba presente ese día.

Según Martin, el atacante había enviado “un mensaje amenazador” hacia su suegra.

“No tuvo una motivación racial, y tampoco estuvo relacionado a creencias religiosas.

Había un problema doméstico con sus familiares políticos”, añadió el funcionario.

Kelley –vestido de negro y con un chaleco antibalas– abrió fuego con un arma automática durante un servicio religioso en una iglesia bautista en el pequeño poblado de Sutherland Springs (de 400 habitantes).

Las víctimas tenían entre 5 y 72 años. Murieron 26 personas, entre ellas un bebé de 18 meses, y otras 20 resultaron heridas, incluido un niño de 5 años, que recibió cuatro disparos.

Al menos ocho miembros de tres generaciones de una familia murieron, entre ellos una embarazada y sus tres niños.

Fuente: eluniverso.com