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Gasolina súper es mejor para autos nuevos que se venden en Ecuador

Escoger entre súper, ecopaís y extra. Ese es el dilema entre los ecuatorianos que tienen carros o motos, luego de que el régimen anunció que mañana subirá el precio por galón de la primera gasolina hasta en $ 2,98 con la anulación del subsidio.

El guayaquileño Javier Guerra, de 38 años, es uno de los que piensan cambiarse a ecopaís. Hace seis meses compró un auto negro.

“Sé que es dañino porque no es tan limpia, hago el mantenimiento cada 10.000 kilómetros, ahora tendría que hacerlo cada 7.500 km”, dice.

Él sacó el automóvil a crédito. Dio $ 13.000 de entrada y los otros $ 10.000 a tres años plazo.

“Lo compré con el trabajo de toda mi vida y un carro nuevo usa súper.

El mío tiene para doce galones y lo lleno con $ 24, ahora me tocaría dar unos $ 10 más y en el mes lo lleno cuatro veces, por lo que son $ 40 que no tengo”, reitera.

Un criterio distinto tiene Joe Reascos, quien posee un SUV. “Al mío no le puedo poner ecopaís, tiene dos años de antigüedad y lo terminaré de pagar el 2020. Hay que dejar ciertas cosas y ajustarse”, se lamenta.

Mecánicos consultados indican que no es recomendable usar extra o ecopaís en los automóviles nuevos.

“Hay casos en los que los rines, los pistones sufren daños, los motores se fuerzan, recomiendo que los carros que tengan hasta cinco años de antigüedad deben usar súper”, dice Luis Varela, con 25 años de experiencia.

El último anuario de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade) anota que en los últimos cinco años (desde el 2013) se han vendido 435.628 vehículos livianos nuevos, que incluyen automóviles, SUV y camionetas, más los 61.577 comercializados de enero a junio de este año el acumulado llega a 497.205.

Son unidades que requieren el uso de súper, según los mecánicos.

“En las concesionarias nos dicen que usemos ese combustible porque de lo contrario tendremos problemas con la garantía”, cuenta Carlos Fernández, quien este año adquirió un Great Wall SUV de origen chino. “No puedo cambiarme a ecopaís o extra, tendré que asumir el costo”, agrega.

El 32,4% del parque automotor, es decir 736.179 unidades, tiene hasta cinco años de antigüedad, por lo que requieren un combustible de mejor calidad. Los de uso comercial (camiones, furgonetas y buses) utilizan por lo general diésel, aunque también hay camionetas y SUV diseñadas para usarlo.

Kia sostiene que doce modelos que vende en el país están calibrados para gasolina de bajo octanaje.

No obstante, Álex Sánchez, asesor de servicio de Automotores y Anexos, recomienda seguir usando súper sobre todo si el auto es nuevo. “Si se cambia el vehículo va a funcionar, pero aumenta el riesgo de cambiar bujías, limpiar inyectores mucho más rápido, que la potencia no sea la óptima, y puede cascabelear”, advierte.

El 50% de los clientes de Sánchez lo ha llamado a consultar la posibilidad de dejar la súper. “Mientras más grados de octanaje tenga el combustible va a rendir mejor el vehículo, por eso se recomienda el uso de súper”, agrega. El Gobierno anunció también que el octanaje de la súper subirá de 90 a 92.

La mezcla de combustible es otra posibilidad que inquieta a propietarios de vehículos.

“No se debería hacer porque son dos componentes químicos diferentes: tengo una molécula de un octanaje de 92 (súper) y otra que es solo de 90, la de 92 se va a inflamar mucho más rápido que la de 90 (…), esto va a generar una doble explosión en las cámaras internas del motor”, explica Sánchez.

En entrevista con este Diario, el ministro de Economía, Richard Martínez, dijo que el incremento de la súper no debería vincularse a una afectación de las grandes mayorías. “Va a tener un impacto en las personas que más tienen, pero tiene un equilibrio porque permite seguir garantizando los derechos de los más vulnerables”.

-¿A cuánta gente le va a tocar pagar más?

-Es gente básicamente que tiene vehículos de gama alta, un 4×4, un vehículo que cueste $ 60.000, $ 70.000, respondió.

Enrique Hidalgo, de 29 años, quien adquirió hace dos un SUV, lo refuta: “Usamos súper todos los que queremos cuidar el vehículo, para que a la larga no tengamos inconveniente.

Me esfuerzo para pagarlo y todavía me faltan cuatro años para salir de la deuda”. Él trabaja con su padre en una empresa que da servicio de limpieza.

El acceso a crédito ha permitido que las nacientes clases medias accedan a vehículos cuyo costo va desde $ 11.000. Según los cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 25,5% de la población mayor de 25 años se movilizó en auto particular en 2017, es decir, un total de 2’266.844 personas.

Incluso, el uso de autos para trasladarse es mayor en ciudades como Cuenca (38,2%) y Ambato (29,4%), frente a Machala (24,2%), Quito (21,5%) y Guayaquil (19%). Pero hay variaciones de consumo. Por ejemplo, el 38% de los hogares guayaquileños con automotores usó súper en 2016 y en 2017 bajó al 24%. Y en Quito, el porcentaje llegó al 42% en 2015 y al 32% el año pasado.

El consumo interno de derivados del petróleo (incluidas las gasolinas) fue de 86,5 millones de barriles en 2017, según un informe de Petroecuador de enero pasado. El 57% de esa demanda correspondió a la importación de 48,9 millones de barriles. En términos económicos, el país destina $ 3.200 millones al año para subsidiar el precio de los hidrocarburos.

Sin embargo, según expertos petroleros, lo que corresponde al subsidio de súper es $ 144 millones, el 4,5% del total de lo que destina el Ejecutivo. (I)

 

Fuente: eluniverso.com