FARANDULA INTERNACIONAL

Cyndi Lauper, derroche de energía

El musical Kinky Boots ha­bla de cómo el heredero de una fábrica de zapatos la sal­va de la ruina fabricando bo­tas para drag queens y artistas travestis. Desde 2013 cose­cha éxitos en los escenarios de Nueva York y de otras par­tes del mundo. “Eso era liber­tad. Era una posibilidad de no ser yo y simplemente escribir canciones”, dijo Lauper.

La cantante es toda ener­gía, ya bailaba en los años 80 en videos de MTV y tra­bajó además como actriz, manager de lucha libre y ac­tivista por los derechos de los homosexuales.

La artista ha vendido más de 50 millones de discos. Sólo de su álbum debut She’s so unusual, de 1983 y con hits como Girls just want to have fun Time after time, vendió más de 16 millones de copias. En 2016 lanzó un nuevo dis­co, Detour, y desde entonces está de gira por todo el mun­do. Hasta septiembre tiene conciertos programados en Canadá y Estados Unidos.

PASIÓN POR LA MÚSICA

Lauper nació en el barrio neoyorquino de Queens y con cinco años ya había de­sarrollado una pasión por la música: al ritmo de los dis­cos de su madre bailaba por el apartamento y a los 12 años su hermana le enseñó a tocar la guitarra. A esa misma edad comenzó a teñirse el pelo y a llevar ropa extravagante.

Su madre, de origen ita­liano, se separó pronto de su padre, con raíces alemanas. La situación de su madre, que trabajaba como camarera para sacar adelante a sus tres hijos, afligía a la joven Lau­per, de modo que ella huía de la realidad escuchando a artistas como Judy Garland, Billie Holiday, Ella Fitzgerald y The Beatles. De joven entró en distintos grupos, interpre­tando canciones de Jefferson Airplane, Led Zeppelin y Bad Company.

Aún hoy Lauper se sube a los escenarios con ropa lla­mativa y el pelo te­ñido, actualmente de rosa.

“Tenía que ac­tuar en todo el mun­do sin un grupo, así que tomé utilería y monté una especie de performance ar­tística. No soy una buena bailarina y no quería simplemente quedarme pa­rada como una idiota durante los solos. Así que me pintaba las piernas en directo en tele­visión, lo que la gente pensaba que era escandaloso”.

Pese a todo, Lauper siem­pre quiso un verdadero re­conocimiento, como música y mujer, algo que no obtu­vo durante mucho tiempo. “Creo que mi ira me impulsa­ba. Sólo quiero que me tomen en serio”.

En casa es donde encuentra la tran­quilidad. Está casa­da desde 1991 con el actor de la misma edad David Thorn­ton, con quien tiene un hijo. “Mi marido es muy divertido”, comentó Lauper.

Y tras más de 40 años de carrera, Lauper aún no pien­sa en la jubilación. “Dicen que tras una guerra nuclear solo quedarían las cucarachas y Cher. Y yo sería seguramente la telonera de Cher”, bromeó.

hch

Fuente: excelsior.com.mx