Discreta huella de célula terrorista en suelo español

“Mi padre me dijo: ‘son terroristas, apunta los nombres, las matrículas’. Debería haberlo escuchado”, lamenta Martine Groby, que vio saltar por los aires los cristales de su casa, cuando estalló el escondite de los autores de los atentados en Barcelona y Cambrils.

En Alcanar, pequeña ciudad a 200 km al suroeste de la capital catalana, un grupo de al menos 12 personas estuvo planeando durante meses uno o varios atentados en la ciudad de Barcelona.

Sin embargo, los proyectos iniciales de la célula se frustraron por una explosión accidental en la casa, en donde se encontraron más de cien bombonas de gas butano.

También se hallaron ‘ingredientes’ de un explosivo empleado por Estado Islámico, que reivindicó los atentados.

“¡Había un olor a pólvora, te digo, un olor a pólvora! Se lo conté a la policía (la noche de la explosión), pero nadie me hizo caso”, dice Jenny Rodríguez.

Groby vive justo al lado de la vivienda donde conspiraban los yihadistas.

“Eran discretos, demasiado discretos. Tenían las ventanas cerradas, no había música, ni niños, ni mujeres.

A veces solo se quedaban dos días y se marchaban”, comenta.

Según ella, iban y venían de a dos, mientras que otros dos se quedaban en la casa.

Salían con mochilas, a pie, o bien en su Kangoo de color blanco o en sus dos motos, “muy potentes”.

“Mi padre, expolicía, me había dicho que eran terroristas… Le resultaban extrañas esas idas y vueltas durante todo el día”, cuenta. (I)

Fuente: eluniverso.com