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“En Durán llevamos días enteros con sed”

A Irene Castro, habitante de la ciudadela Abel Gilbert Pontón 1 en Durán, nadie le avisó que se quedaría sin agua por varios días, y a causa de ello su vida, dice, se volvió un caos. Tal como pasó con el resto de habitantes, Castro tuvo sed y se vio obligada a abastecerse con tanqueros y botellones de agua, cuyo líquido apenas les sirvió para bañarse y cocinar.

“No podíamos darnos el lujo de lavar la ropa o los platos con lo adquirido, no tenemos tanto dinero”. Y por eso, precisa, durante esta semana tuvieron que servirse los alimentos en platos y vasos desechables. “Era eso o tener un cerro de cosas sucias por lavar”.

La noche del jueves, tras 120 horas de escasez, llegó el líquido vital, pero solo por dos horas, en el mejor de los casos. Lastimosamente, tal como publicó EXPRESOayer, esta llegó “arenosa, sucia”. No sirvió entonces de nada.

“Hemos tenido que seguir gastando porque al instante que bañamos a mi nieto con lo recolectado, le empezó a picar el cuerpo. Hoy (ayer) ha amanecido hasta con granos en la piel”. En cambio, los hijos de Julia Caicedo, que habitan en la misma zona, despertaron con daño estomacal por beber dicha agua, pese a hervirla. “No pudieron ir a clases. Es horrible. Están en exámenes. ¿Quién responde por eso y su salud?”, cuestiona.

Si bien la alcaldesa Alexandra Arce aseguró la noche del jueves que el servicio de agua potable (que llega a los hogares los martes, jueves y sábados) fue suspendido a causa de las labores que el Municipio está ejecutando en el proyecto que, a futuro, abastecerá a toda la población de Durán, y que por un mes se mantendrán (lo que generará nuevos cortes); prevalece la desconfianza y sobre todo el enojo entre las familias que consideran que el problema se extenderá, al menos, por dos o tres meses más.

“No es la primera vez que pasamos por esto y estoy segura de que tampoco será la última. Llevamos días enteros con sed.

El que aquí no tiene plata se friega. No es justo, para nada”, lamenta Soledad Santos, residente de la ciudadela LosEsteros, que se ha visto afectada al igual que El Recreo, El Arbolito, La Primavera.

Para Santos, dueña de un comedor que permanece cerrado desde el fin de semana anterior, cuando inició la interrupción, el contratiempo en su caso se complica porque los tanqueros no circulan por su barrio, repleto de peatonales angostas que no les dan cabida.

Para llenar un tanque ella debe salir a la avenida principal, ubicada a tres cuadras de su domicilio, arrastrando el depósito ida y regreso, con ayuda de sus cuatros hijos.

Jimmy Castro y Juan Solórzano, por comodidad, alquilan una camioneta y alrededor de las 05:00, para “ganarle al resto” (pues de lo contrario corren el riesgo de no abastecerse), recorren las principales avenidas del cantón buscando proveedores. Solo esta semana Solórzano, padre de cinco menores, ha gastado $ 8 diarios en el suministro.

“Parece bastante, pero con eso no hemos podido ni lavar el uniforme de los chicos. Han ido a la escuela en jean. Los profesores lo entienden”. Y cómo no hacerlo, piensa, si en un jardín de infantes aledaño, donde estudian 40 niños, los padres deben llevar diariamente un galón de agua para que los infantes puedan comer, ir al baño y mantenerse aseados.

“A veces siento que todos tienen pena de Durán. Convivimos en la miseria y la insalubridad”, reclama Tania Segura, de la segunda etapa de El Recreo, al mostrar los más de 15 baldes y garrafones con agua almacenada, “toda espesa y maloliente”.

Detalles

Servicio

Aunque el corte más largo se generó esta semana, a decir de los vecinos, en el último mes se reportaron ya otras interrupciones, cortas pero constantes.

Malestar

El mal olor del agua recolectada por tuberías es tal, que algunas familias utilizan el suministro solo para limpiar la casa o los baños. Les preocupa incluso lavar los platos con ella.

“En Durán llevamos días enteros con sed”
Hecho. En ciertas zonas, los vecinos deben abastecerse lejos de casa.
Fuente: expreso.ec