A principios de año la artista estadounidense, de 58 años, adoptó a dos gemelas de cuatro años, Esther y Stella, de un orfanato de Mchinji, en el centroeste del país, cerca de la frontera con Zambia.
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Madonna ya había adoptado a un varón, David Banda, en 2006 en el mismo orfanato, y tres años después, también en Malaui, a una niña, Mercy James (fotos), ambos de 11 años. En 2006 Madonna creó la fundación Raising Malawi, que se ocupa en particular de huérfanos de ese país africano y de construir hospitales.
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Pero la presencia de Madonna en uno de los países más pobres del mundo no es del gusto de todos. Organizaciones caritativas la acusan de aprovechar su situación para acelerar el proceso de adopción. En 2013, el entonces presidente, Joyce Banda, le reprochó comportarse con las autoridades del país como si fuera una conquistadora, reclamar un tratamiento VIP injustificado y jactarse excesivamente de su generosidad hacia Malaui.
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Las niñas fueron internadas tras la muerte de su madre, poco después de su nacimiento; su padre abandonó el hogar para volver a casarse y su abuela no dispone de lugar para ellas.
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Pero algunos malauíes sostienen que el hospital pone en evidencia las carencias del país. Malaui debería «avergonzarse por mendigar para que construya esta instalación porque fallamos en controlar la corrupción», dijo Mumbo Phiri, un vendedor de ropa.
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Madonna llevó este martes a sus cuatro hijos adoptados en Malaui a la inauguración de un ala pediátrica financiada por su organización caritativa en ese país. Junto al presidente malauí, Peter Mutharika, la «reina del pop» desveló una placa celebrando la finalización de esta unidad, con 50 camas, en Blantyre, la segunda ciudad del país.
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Pero la presencia de Madonna en uno de los países más pobres del mundo no es del gusto de todos. Organizaciones caritativas la acusan de aprovechar su situación para acelerar el proceso de adopción. En 2013, el entonces presidente, Joyce Banda, le reprochó comportarse con las autoridades del país como si fuera una conquistadora, reclamar un tratamiento VIP injustificado y jactarse excesivamente de su generosidad hacia Malaui.