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La Armada marchó y también pidió

Pese a que el presidente de la República, Lenín Moreno, había solicitado a la Armada Nacional no extender su tradicional desfile naval por más de 40 minutos, para poder participar también del resto de actividades cívicas en la ciudad; el acto militar, aunque se realizaron algunos cambios, duró alrededor de una hora y media, tal como ha pasado los años anteriores.

La institución tenía previsto realizar la ceremonia con un marco de honor de 2.500 miembros, pero para acortar tiempo solo desfilaron 1.200.

Lo hicieron ayer a las 11:00 en el Complejo Cívico Naval Jambelí, situado en el parque de la Armada, entre las calles Eloy Alfaro y Cañar, en el sur de la ciudad.

El acto significó, como cada año, un homenaje doble: la celebración a Guayaquil; y el Septuagésimo Octavo Aniversario del Combate Naval de Jambelí, que es la hazaña más excelsa de la institución militar.

Al ingreso de los invitados y las autoridades, entre quienes estaban el presidentedel Ecuador; el comandante general de la Armada, Darwin Jarrín; y el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, con un estruendoso silbido, los marinos les dieron la bienvenida, mientras varias banderas de colores amarillo, azul y rojo; y otras, celeste y blanco, se alzaron a la vista de todos.

Los titulares de los poderes del Estado, el alto mando militar, varios ministros y otras autoridades civiles y eclesiásticas también estuvieron presentes.

La orquesta blanca entonó el Himno Nacional y el evento comenzó, rodeado de cientos de ciudadanos espectadores que no dejaron de entonar nunca las melodías a vivo pulmón.

“Celebramos la batalla histórica de este emblemático Cañonero Calderón. Navíos que se cubrieron de gloria en las aguas de Jambelí y vieron flamear victorioso en el palo mayor el estandarte de nuestra Armada del Ecuador y de nuestro eterno pabellón nacional”, destacó en su discurso Darwin Jarrín, comandante de esa institución que cuenta con 9.400 miembros.

En su intervención, Jarrín mencionó que las amenazas a la seguridad nacional se han multiplicado y que hay un peligroso repunte de crímenes organizados a nivel transnacional. El terrorismo y la presencia de flotas pesqueras depredadoras, entre los que constan en la lista.

Es así que le hizo un pedido al presidente para que la Armada pueda contar con una serie de equipos.

Entre ellos, buques oceánicos de gran autonomía, con bases de operación en Galápagos, Esmeraldas, Manta, Posorja, Guayaquil y Puerto Bolívar.

Además indicó que es necesaria una mayor y mejor aviación naval dotada con aeronaves de vigilancia oceánicas; una fuerza submarina altamente disuasiva; una infantería de Marina apoyada con sistemas satelitales que permitan cubrir los amplios espacios marítimos y de interés nacional para garantizar la soberanía.

Otra necesidad, agregó, son los buques oceanográficos con gran capacidad, que permitan fortalecer la presencia ecuatoriana en el continente antártico.

“Señor presidente, la Armada únicamente solicita al Gobierno las herramientas necesarias para cumplir con nuestra tarea y responsabilidad”, precisó.

No obstante -mencionó- que esa institución trabaja en la recuperación de sus principios.

En su intervención, Moreno le respondió asegurando que los apoyarán.

“En estos dos años de gestión hemos hecho cambios fundamentales para fortalecer el profesionalismo. Los apoyaremos siempre”, sentenció, haciendo hincapié en que la Armada ha vuelto a participar en ejercicios regionales y que luego de 17 años, en 2020 volverá a ser la sede de las maniobras Unitas, junto a 15 países amigos, a fin de mejorar la capacidad operativa de la Fuerza Naval.

“Querida Armada estamos pendiente de sus necesidades, capacitación y de mejorar la vida del personal militar”, añadió.

Tras los discursos, el desfile arrancó. Y con bombos y bastones, los participantes de los diferentes repartos operativos -la Escuela Naval, submarinos, Aviación Naval, Guardacostas e Infantería de Marina- marcharon, entre los saludos, los aplausos y las fotografías del público. (I)

Fuente: expreso.ec