DEPORTES INTERNACIONALES

El Manchester United puso a Alexis Sánchez en la cumbre del fútbol mundial

El Manchester United pagó cerca de 40 millones de euros por su fichaje -más el pase del armenio Henrij Mjitarián-, cifra para nada exorbitante si se tiene en cuenta que en los últimos años las grandes figuras no valen menos de 100 millones.

Pero este número responde a que su contrato con el Arsenal terminaba en junio de este año, por lo que a partir de ese momento no hubiese costado nada y el conjunto londinense se hubiera quedado sin ganar dinero por su transferencia.

La oferta del United fue la única que llegó formalmente y el Arsenal no tuvo más remedio que aceptar.

Bajo las órdenes de Mourinho, Alexis Sánchez tendrá objetivos ambiciosos: ganar la Champions League y la Premier League.

El entrenador portugués lo considera fundamental en su esquema y por eso el club le pagará un salario jamás visto en la liga inglesa.

Pero sus antecedentes no son certeza de que esté a la altura del rol que su nuevo equipo pretende que cumpla.

Desde sus inicios en Cobreloa en 2005, la carrera del chileno iba en ascenso.

Su traspaso al Udiense de la Serie A en 2006 estuvo acompañado de dos préstamos, primero a Colo Colo y luego a River Plate, bajo las ordenes de Diego Simeone, en donde creció como futbolista. Pero su salto de nivel lo dio en la selección gracias a los conceptos inculcados por un entrenador argentino.

«Marcelo Bielsa tuvo una influencia muy grande en mí. Con él cambié.

Yo antes tomaba el balón, cabeza baja y para adelante. En el Mundial (Sudáfrica 2010) me liberé y maduré un 80 por ciento. Incluso físicamente», reconoció en una entrevista al diario español El Paísen diciembre de 2013.

Fue aquel Mundial, en el combinado sudamericano llegó a octavos de final y quedó eliminado al caer 3-0 con Brasil, el que lo catapultó hacia el Barcelona.

«Para mí (Messi y Sánchez) valen lo mismo, por lo que hemos rechazado una oferta de 35 millones de euros por él», señalaba el por entonces presidente del Udinese, Giampaolo Pozzo, quien insistía: «Es duro encontrar jugadores de este nivel, sólo salen dos o tres como él en cada generación».

Sus comentarios estaban avalados por 21 goles y 16 asistencias en 112 partidos con la camiseta del club italiano.

Pero finalmente el conjunto catalán mejoró la oferta y se contrató a la joven promesa que tenía su primera prueba de fuego.

Fue así que en 2011 el chileno arribó al equipo dirigido por Josep Guardiola.

«Nos va a venir muy bien, porque es joven, tiene mucha habilidad y juega muy bien en el uno contra uno», sostenía el entrenador en conferencia de prensa.

En aquel momento, el Barcelona venía de ganar dos de las últimas tres Champions League y ya maravillaba al mundo, por lo que Sánchez llegaba para aportar el desequilibrio que no tenía su equipo en la banda contraria a la de Lionel Messi.

Dos años después de su arribo ya era señalado por la prensa como una apuesta fallida y él lo reconocía: «Me he adaptado.

Pero no soy aún el que sé que puedo ser, puedo ser mejor, eso lo tengo claro».

Entre las críticas a veces emergía algun elogio como el del holandés Johan Cruyff: «Dicen que no tiene nivel para jugar en el Barça.

Pero si le veo jugar contra el Mallorca veo a un jugador de calidad que le da al equipo algo que otros no tienen».

Pero esa caricia no alcanzó.

Fue así que en 2014 abandonó Barcelona, que estaba encandilado por el arribo del brasileño Neymar, tras haber gritado 47 goles en 141 partidos, número para nada despreciable, pero lejos de lo que esperaba el equipo blaugrana.

Su nuevo destino fue el Arsenal de Arsene Wenger. Allí sería la máxima figura y fichaba con la esperanza de conquistar títulos y luchar por objetivos ambiciosos como la Champions League. Pero el equipo no estaba a la altura.

Sánchez demostró que su nivel de juego estaba por encima de las pretensiones del entrenador y cerró las cuatro temporadas con un promedio de casi medio gol por partido, pero tuvo que conformarse con levantar tres Community Shield y dos FA Cup, torneos menores en comparación con los que acostumbraba a luchar en Barcelona.

Luego de varios meses coqueteando con el Manchester City y el United, finalmente el delantero de 29 años optó por este último y esta semana ya se pondrá a trabajar a la par de sus nuevos compañeros. «Estoy emocionado de llegar al club más grande del mundo», sostuvo en declaraciones al sitio oficial del club.

Esta será la segunda prueba en una institución con objetivos ambiciosos como la Champions League, pero su exorbitante salario y el dinero desembolsado denotan que su función no será la de ser una pieza más en el equipo.

Fuente: infobae.com