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Declaran «totalmente insegura» a la ciudad de Ámsterdam

Sus canales, sus calles repletas de bicicletas, su famosa zona roja, los coffee shops (cafés autorizados a vender drogas suaves), sus bares y su noche han hecho de Ámsterdam uno de los destinos favoritos de los jóvenes turistas que recorren el mundo.

Sin embargo, estas atracciones también la están convirtiendo en una ciudad «totalmente insegura».

Arre Zuurmond, defensor del pueblo oficial de Ámsterdam, ha expuesto una desagradable imagen de la ciudad: «se vende droga al aire libre, hay carreras ilegales de autos y bicicletas, taxis sin licencia, basuras, borrachos y turistas que cantan y gritan«.

En una entrevista publicada en el periódico holandés Trouw, el ombudsman se encargó de señalar los errores de la Administración en defensa de la ciudadanía y tanto la Policía, como los tribunales y el ayuntamiento, le han dado la razón.

Uno de los mayores desafíos del gobierno holandés es diversificar el turismo: el país tiene 17 millones de habitantes, recibe unos 18 millones de turistas anuales y no pueden bajar la densidad de población.

El otro gran desafío es el libertinaje respecto al alcohol, las drogas y las fiestas. Esto hace que muchos jóvenes superen todos los límites.

Para analizar la gravedad de el estado actual de Ámsterdam, Zuurmond se mudó al centro de la ciudad durante el verano.

Instaló cámaras cerca de los bares y registró todo lo que ocurría. Los resultados fueron impactantes: «Una noche contamos 900 ofensas, principalmente entre las 2 y las 4 de la madrugada.

La atmósfera es sombría y hay un aire de anarquía».

Denunció que se están comprando drogas de manera ilegal, que hay robos, que rondan por las calles al menos 2 mil taxis ilegales, que la gente hace sus necesidades en la vía pública y que ante todos estos delitos la policía no actúa. «El centro de la ciudad se convierte en una jungla urbana por la noche.

 

El dinero criminal florece, no hay autoridad y la Policía ya no puede manejar la situación», confesó Zuurmond.

Aunque está lejos de ser un narcoestado, la preocupación de las autoridades holandesas va en aumento.

Desde el dramático crimen de Nabil Amzieb, de 23 años, el sindicato de policía holandés (NPB) advirtió sobre una creciente actividad de bandas ligadas al tráfico de drogas y la trata de personas y en la sociedad volvió a instalarse el debate sobre la política de tolerancia hacia las drogas.

Frente a estas problemáticas, la alcaldía de Amsterdam está aplicando algunas nuevas restricciones: desde febrero, aquel que transite el Barrio Rojo deberá darle la espalda a las ventanas y los turistas en grupo no podrán mirar fijo ni sacar fotos a las prostitutas cuandoparen a escuchar al guía; se está analizando reducir a 30 días el máximo para alquilar casas a través de Airbnb; y desde fines del año pasado se frenó el aumento de tiendas turísticas en el casco histórico.

Fuente: elnuevodia.com