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La aceptación de Moreno, una de las que más vertiginosamente cayó en la región

El 2018 cerró de forma dispar para los presidentes de América Latina. El año pasado, algunos mandatarios terminaron su período y otros arrancaron su gestión.

De acuerdo a las encuestas consideradas como las más representativas de cada país, Michel Temer, que concluyó su período ayer y fue sucedido por el ultraderechista Jair Bolsonaro, cerró su mandato con 5 % de aceptación, según Ibope.

El segundo con peor desempeño es el presidente de Colombia, Iván Duque, con 24%, según Yanhaas, luego de tres meses de haber llegado al Gobierno del vecino país.

Cuando tomó el poder su aceptación era del 53 %.

Es decir, en cuatro meses, su popularidad se desmoronó 29 puntos.

La tendencia de las diferentes encuestas que han sido publicadas en las últimas semanas muestra una caída en la imagen favorable de Duque, que posiblemente se ha visto afectada por iniciativas como la Ley de Financiamiento, que básicamente incluye más impuestos para los ciudadanos.

Mientras que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, cuenta con mayor aceptación de los anteriores líderes mencionados. Según la encuesta de Cedatos, Moreno cerró 2018 con 34 % de aceptación.

Sin embargo, al igual que Duque, la caída de la popularidad del mandatario cayó estrepitosamente el pasado año.

En enero, Moreno contaba con 68,6 % según la misma Cedatos.

Es decir, en el transcurso de 12 meses su aceptación se redujo 34,6 puntos.

Mauricio Macri, de Argentina, despidió 2018 con una popularidad de 39 %, según datos de Poliarquía.

El gobernante de centro derecha se sitúa incluso por encima del presidente chileno, Sebastián Piñera (38 %), pese a que el año pasado suscribió un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por más de 57.100 millones de dólares, considerado el rescate más grande que el organismo multilateral ha dado a un país en su historia.

Debido al acuerdo con el Fondo, Macri ha debido tomar decisiones impopulares como el incremento de tarifas de servicios básicos.

El último incremento se efectuó al cierre del año y le costó la cabeza.

En días pasados, Javier Iguacel, secretario de Energía, renunció.

Fuente: eluniverso.com