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Salma Hayek: la escena de sexo que le costó ocho horas

Después de una jornada de trabajo estresante, a veces se precisa un rato de “pensar en nada”

y para eso, una gran ayuda son las llamadas películas pochocleras.

 

Entre estas películas está Duro de cuidar 2. La ofrece el catálogo de Amazon y como la primera, la vuelven a protagonizar

el carismático Ryan Reynolds Samuel L. Jackson.

Pero, a diferencia de la anterior donde tenía un papel secundario, en esta Salma Hayek ocupa un rol protagónico.

Al ver a la mexicana dan ganas de preguntarle cómo hizo para detener el tiempo.

Porque si los 50 de hoy son los 40 de ayer, viendo a la morocha, sus 55 actuales en realidad parecen 30.

 

Quería mostrar el hecho de que, no porque una mujer llegue a la mediana edad, significa que deja de ser fuerte.

No todo en la vida de una mujer es sobre su identidad y la maternidad.

A los cincuenta tenemos mucho que ofrecer y mucho dinamismo dentro de nosotras”, aseguró en una entrevista, algo que resultó

más una declaración de principios que una respuesta tribunera.

 

En la película, Hayek corre, se la pasa a los tiros y muestra que mantiene su sensualidad intacta.

Es cierto que su inglés nunca logró superar la categoría de “pasable”.

Esto, que podría parecer un impedimento, agranda su figura porque justamente si con su mal inglés logró imponerse en el planeta Hollywood

mejor no pensar dónde hubiera llegado son una pronunciación perfecta.

Aunque orgullosa de sus orígenes mexicanos, sabe que su acento resultó una barrera:

“Hubo directores de estudios que me dijeron:

‘Podrías haber sido la estrella más grande de EEUU, pero naciste en el país equivocado.

Nunca podrás ser una protagonista principal, porque no podemos correr el riesgo de que abras la boca y la gente piense en sus empleadas’”.

 

La actriz admitió que se sintió muy mal en las escenas de sexo que filmó con Antonio Banderas para La balada del pistolero.

 

En una entrevista en el podcast Armchair Expert reveló que la escena de amor no estaba en el guion original

y solo se exigió cuando el estudio notó la química entre ellos.

Aunque el set estaba cerrado y Banderas fue muy respetuoso, Hayek vivió toda la situación como una verdadera pesadilla.

Yo nunca había hecho algo de ese tipo, así que cuando íbamos a empezar a grabar comencé a llorar.

Me tomó ocho horas en lugar de una hora. Casi me despiden”.

El drama no terminó ahí para Hayek, ya que también la pasó mal cuando la película llegó a los cines.

Cuando se proyectó la famosa escena la noche del entreno, la actriz se levantó de su butaca, salió de la sala

y obligó a su familia a hacer lo mismo.

Lejos de esos inicios, Salma logró alejarse del estereotipo sexy que le imponían para encarnar mujeres aguerridas y comprometidas.

Y en su vida cotidiana Hayek no se queda atrás.

Es una de las actrices que con más vehemencia denunció el sexismo y el racismo tanto de su país como de Hollywood.

Esto le trajo consecuencias, asegura que ya no la llaman tanto para participar en producciones.

En una entrevista en El Confidencial dijo/denunció que “prefieren a actrices que no den su opinión, que no protesten

y que se lo pongan fácil. Pero yo no sé tener la boca cerrada.

Y cuando veo algo que no me gusta, sobre todo cuando se trata de la situación de la mujer, tengo que decirlo”.

Con su postura quizá no se gane el aplauso de los grandes estudios, pero sí el de una multitud silenciosa que ve en ella

no solo a una actriz triunfadora sino a una Mujer con mayúscula. (E)

La traumática escena de sexo de Salma Hayek en 'Desperado'

66 fotos e imágenes de Salma Hayek 1995 - Getty Images

Salma Hayek y Antonio Banderas en la premiere de «La balada del pistolero» en el Festival de Cannes en 1995.

Photo by Stephane Cardinale/Sygma via Getty Images)

 

Fuente: evafm.net